Hay días en que los bloques en pórfido que dividen la selva de Arenberg respiran. Otros en que son golpeados por caballeros en bicicleta que ponen a prueba su resistencia. Ellos responden con orgullo a los golpes exclamando que la carrera por delante es aún larga, que el recorrido es pedregoso en la medida de 2,3 km de gritos de hinchas, preludio a los restantes 10 tramos duros de pavés: el baile en pedales. La Paris Roubaix 2019 es la épica reescrita por el ciclismo en un domingo puntual de primavera
El cariño de los hinchas a la Paris Roubaix 2019
El tricolor belga Yves Lampaert y Nils Politt animan pequeños grupos en fuga en los múltiples destellos de carrera, manejando bien los momentos en piedra: 54,5 km en toda la marcha, desglosados en 29 sectores en una escala del 1 al 5 para indicar los grados de dificultad
Tras encarar la mítica Selva con su ruta atestada de 2 alas, es Wout van Aert a declararse combativo. Después de problemas mecánicos y una siguiente caída el flamenco vuelve desbordante arriesgándose entre los mejores a 72 km de la meta. Mientras tanto Peter Sagan, por supuesto, enciende la lucha poniéndose como líder, seguido por Gilbert, Politt, Lampaert, Sep Vanmarcke y otra vez él, el incansable Van Aert
Los instantes que siguen los segmentos en pavés 5 estrellas de Mons-en-Pévèle y Carrefour de l’Arbre son decisivos para Philippe Gilbert de Deceuninck Quickstep y Nils Politt, listos para volar solitarios hacia el velódromo de Roubaix. La entrada en la pista nos devuelve la esencia de la emoción en vista de un esprint a lo grande. Con el puntero belga Gilbert ahí reiterando su fama de señor de los Monumentos y ganando, al final de una vuelta y media de miradas y suspense, al talentoso pasista alemán de Katusha Cycling
Philippe Gilbert y Nils Politt peleando por el esprint en el velodromo a la Paris Roubaix 2019
Philippe Gilbert ganador de la Paris Roubaix 2019
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